2/24/2009

Suegros

Muy a mi estilo la suerte me ha acompañado en mis relaciones de tal manera que en 25 años de vida solo he llegado a conocer a dos suegros, esposos ellos, nada buena onda y muy hipócritas como todos.
Ella era una mujer que se pasaba la vida renegando sobre la vida, tanto así que el esposo estuvo más de una década fuera del país, extrañando a sus hijas más no a la malhumorada mujer que se había convertido. Le encantaban las manualidades y todos los cursos que tengan que ver con su propio negocio (el cual nunca se animo a poner), le mentía al esposo a lo lejos cada vez que tenía una reunión de té con las amigas pero lo más increíble es que volvía a sus hijas compinches de sus aventuras. Desde ahí no me pareció un buen ejemplo para su hija en ese entonces mi enamorada. Pero bueno como no soy quien para juzgar y como que cada día que llegaba a su casa no era mi cancha, me hacia el de la vista gorda, admiraba hipócritamente sus trabajos y le decía buena suerte cada vez que emprendía una nueva labor.
Tengo la buena suerte de que de mi única suegra y las madres de amigas digan que soy un buen chico, responsable y educado, de porte atlético y risueño y lo más importante es que anden metiéndoles en la cabeza a sus hijas que yo sería un buen partido para ellas, con esto me basta y me sobra, es decir, la verdad con lo que ellas hacían, me aprovechaba de alguna de sus hijas.
Purita alcahuetería.
Mi madre también fue suegra y espero algún día vuelva a serlo, al principio mi madre era la típica suegra alcahueta, que al principio era la mejor amiga de mi entonces enamorada, conversaban, se llamaban, hasta salían de compras juntas y sobre todo conspiraban contra mí. Con la segunda enamorada que tuve, mantuvo su distancia, ella decía que no quería volver a encariñarse con ninguna otra, porque le dolió mucho la trágica separación de mi primera relación, cosa que a mí no me importaba en realidad. Así que supo mantener su distancia y cuando terminé mi segunda relación me dijo “que vamos a hacer”, ¡gracias mamá!.
Cuando uno le rompe el corazón a sus hijas las suegras se convierten en un coro de ogros: “a ese sinvergüenza lo recibí con cariño en nuestra casa y mira como nos paga ahora” o “ahora que te has quedado sola ya ni amigos tienes por andar con ese” o “te lo dije, te lo dije”. Lo contrario sucede con tú mamá, ya que se ha vuelto tan brother de tu cuero te dirá: “dale una nueva oportunidad, está confundida”, “espera a que se le pase, no te pongas así” o la peor es “déjame hablar con ella, juntos solucionaremos las cosas” (a mi no me ha pasado, me lo contó un amigo) pero si tu vieja dice esto, es momento de cortar todo lazo o cordón que te une con ella y decirle: mamá si tú haces eso yo dejo de ser tu hijo, te caerá un buen lapo pero no volverá a meter en tus relaciones.
Los suegros son totalmente otra especie, mi ex suegro era el típico palomilla de ventana, lo conocí poco porque llego casi al final de mi relación pero para mí buena suerte era amante del futbol, las chelas y los carros, en este último yo estaba y estoy más perdido que perro peruano en la Casa Blanca, así que me dedicaba a tomarme unas chelas con mi “suegrito” en sus reuniones familiar, hablábamos sobre futbol y me decía que el sería mejor técnico que cualquier profesional, que tal por cual es un alcohólico, el otro homosexual y demás barbaries ciertas en las que se sitúa nuestro futbol nacional, a veces nos sentábamos en la mesa y me contaba con tanta emoción sus aventuras en Nueva York, la genuinidad de los peruanos para reparar cosas lo más rápido y barato posible, su chamba siempre fue trabajar de mecánico y por eso no dejaba de mirarlo, pero mientras lo miraba en mi cabeza se formaba un gran signo de interrogación porque no sabía de lo que me hablaba, tan solo dejaba que se emociones y que me mienta cuanto haya creído conveniente porque no sé nada para contradecirlo.
De ahí los papás de mis amigas en su mayoría siempre fueron pateros, pero siempre existe el serio-celoso que cruza la sala y mientras dices “Señor Buenas Noches” pasó y ni siquiera volteo a ver de dónde provenía esa voz o existe el papá que es netamente jodido y que la primera vez si pudiera te enviara de cabeza desde el tercer piso del departamento porque tan solo tu presencia le incomoda. Una vez muy a mi mala suerte (porque cuando llega, llega bien), llego muy moso a casa de una amiga y lo primero que me dice es si vez a mi papá salúdalo diciendo ¡Buena Noches!, muy obediente sale el señor me queda mirando, me intimida y lo único que pude balbucear es ¡Buenas!, me miró con rabia y respondió: “¡¿Buenas qué?!...¿¡Buenas mis pelotas!?...rápido salude a mi amiga le dije en el odio: “te llamo” y salí despavorido de su casa, ella por teléfono decía: “te lo dije, te lo dije”.
Ahora después de años de ese incidente pienso que el papá leyó mi mente y sabía que no solo llegaba en forma de amigo, si no, se dio cuenta de que su hija me encantaba y que llegaba con la idea de sorprender a su familia…aún sigo esperando el día que ese señor sea mi suegro.

2 comentarios:

El jardin dijo...

Me has hecho pensar y verte algun dia como suegro, claro que esto es una locura tambien, pero eso de Suegras es para Suegras, ta bien que haya libertad de expresar tus ideas pero las suegras ya se llevaron mucho con todo este rollo que hablas de ellas, su naturaleza es hablar webadas de los yernos. Eso aun no lo se, no tengo la suerte de conocer alguna peor ya me las imagino... JAJAJA pobrecitas las suegras.

Pedro dijo...

gracias, me veo mal como suegro, así que ni pretendan que sus hijos vean a mis hijas jajaja